Viajar es sin lugar a dudas una de las aventuras más inspiradoras y maravillosas que cualquier ser humano debería experimentar al menos una sola vez en la vida. Y es que viajar además de brindarte la oportunidad de conocerte a fondo y convertir tus temores en fortalezas; te da una perspectiva global de lo que es el mundo y te ofrece una experiencia significativa sobre la relación con el otro y lo otro, enriqueciendo de esta manera tu cosmovisión.
Viajar abre tu mente, te permite explorar, aprender, arriesgar y valorar mucho más todo lo que tienes.
Viajar te obliga a salir de tu zona de confort; y eso es algo que cuesta bastante.
Cuando viajas aprendes a soltar el lastre de la rutina repetitiva y encaras diferentes situaciones que expanden tus horizontes y crean la mejor versión de ti mismo.
Viajar implica movimiento...y los seres humanos somos eso: ¡Movimiento Puro, Energía Viva!
Somos seres de acción y actuación, de lo contrario, seríamos árboles estáticos abiertos a la inmovilidad.
Hay tantas personas en el universo como tantos estilos de viajes y viajeros en la ruta. Por lo tanto, cada experiencia es única, diferente, irrepetible, inolvidable.
Cada persona aprende a su manera, a su ritmo, a su paso; pero con seguridad, cada viaje es un aprendizaje que nos hace menos ignorantes y un poquito más sabios.
Cada quien planea su viaje según sus aspiraciones, sueños y deseos. Por eso mi interés no está en indicarte qué visitar, o cómo llegar, o qué rutas tomar, o con quién debes zarpar...
Mi interés radica en inspirarte a que vayas tras tus sueños y emprendas el viaje:
La vida es frágil y el tiempo apremia.
¡Ve y cómete el mundo de un solo bocado!.
Viajar es la mejor terapia para el desamor, para la melancolía, para la nostalgia y la soledad.
Alguien que ama viajar..¡Sí que sabe disfrutar la vida!
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